Eduard Estivill Sala Segunda de lo mediático
Han sido vistas las diligencias seguidas contra Eduard Estivill y ha sido probado y así se declara como:
HECHOS PROBADOS1.- Que D. Eduard es un médico pediatra y neurofisiólogo que ha vendido cientos de miles de ejemplares de diversos libros en los que explica el “método Estivill” para enseñar a dormir a los niños. Tal método no son sino algunos consejos de sentido común (hay que crear hábitos, etc.) y la recomendación de que los padres se mantengan firmes y no cedan nunca, sino que ignoren las protestas y llantos del niño. 2.- Estas recomendaciones, las mismas que daría cualquier abuela (déjale que llore, no le hagas ni caso que es peor, es puro cuento, etc.), se venden como un “riguroso tratamiento científico que ha funcionado en el noventa y seis por ciento de los casos en que se ha aplicado”.3.-Que, con el rigor científico que le caracteriza, D. Eduard escribe, por ejemplo, en una página: “Tal como apuntábamos, depende de vosotros que el niño duerma bien”, mientras que en la siguiente afirma: “Si vuestro hijo no duerme bien, no es por culpa vuestra”. Ítem plus, explica D. Eduard que los hábitos se crean mediante la repetición o que es importante perseverar en una rutina (acostar al niño a la misma hora, etc.). Las revelaciones científicas que aporta son todas evidencias de cajón como éstas, o recomendaciones profesionales como la de proporcionarle al niño un muñeco y al muñeco un nombre. Específicamente, basándose en sus investigaciones y en su dilatada experiencia (afirma haber tratado a más de 3.000 niños), el pediatra y neurofisiólogo recomienda bautizar al muñeco como Pepito. Pepito, sí, eso es: nada de Bubi, como el osito de mi hija (la pobre), ni mucho menos Lala o Tita.
FUNDAMENTOS DE DERECHOLos hechos probados son constitutivos de un delito menos grave de estafa y de delitos ecológicos muy graves. La conducta de D. Eduard es análoga a la de los vendedores de crecepelos del lejano Oeste, que ofrecían agua de río como si fuera un elixir milagroso, bajo la capa del prestigio científico: “la pomada del Dr. Tomlinson”, “el bolígrafo de los astronautas”, “el anillo de poder diseñado por expertos de la NASA”, etc. ¿Hay que ser un experto mundial en patología del sueño para recomendar la rutina, la firmeza y el nombre de Pepito, al parecer de D. Eduard, alto, sonoro y significativo? ¿Se trata de un método científico? ¿Sólo un pediatra y neurofisiólogo podría haber alcanzado semejantes conclusiones? Para ese viaje no hacían falta tantas alforjas académicas y, por ende, su uso es fraudulento y malicioso, ya que se dirige a un problema común (el niño no se duerme) para el que no ofrece más solución que el sentido común y corriente, pero disfrazado de método científico y avalado por rimbombantes títulos profesionales. La conducta de D. Eduard incurre de lleno en ilícito penal, toda vez que “cometen estafa los que, con ánimo de lucro, utilizaren engaño bastante para producir error en otro, induciéndolo a realizar un acto de disposición en perjuicio propio o ajeno”. La ley agrava el reproche penal cuando dicha estafa “recaiga sobre cosas de primera necesidad”, como sin duda lo es el sueño de los niños. La ley castiga, por otra parte, al que “con grave perjuicio para el medio ambiente corte, tale, queme, arranque, recolecte o efectúe tráfico ilegal de alguna especie o subespecie de flora amenazada o destruya o altere gravemente su hábitat” y la conducta de D. Eduard, al dilapidar papel para escribir sucesivas versiones del mismo libro, ha deforestado, según los peritos, una extensión equivalente a la del legendario robledal de Corpes. ACUERDO
Que debo condenar y condeno a D. Eduard, como autor de un delito de estafa, a la pena de experimentar en sí mismo, durante un año, todos los métodos “científicos” para mantener la línea disponibles en el mercado, desde la dieta de hidratos de carbono a la de alimentos disociados, pasando por la de “Cómo adelgazar follando”, “la dieta del pomelo” y la de la Clínica Mayo.Que debo condenar y condeno a D. Eduard, como autor de un delito ecológico, a la pena de un año de servicios sociales como canguro gratuito de hijos de inmigrantes, a los que podrá aplicar, si así es su deseo, el llamado “método Estivill”. Así lo pronuncio, mando y firmo.
Rafael REIG
Rafael REIG
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